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Primavera Sound nos compartió la fórmula de "la cura"

La Argentina está bastante revolucionada: el clima electoral pareció eterno y la hostilidad aún es una realidad. Pero, cual oasis, la música nos rescata y este fin de semana se vive con todo en uno de los festivales con más rock que existen. 

Era sábado al mediodía y la gente empezaba a hacer fila para entrar. Estamos en Parque Sarmiento con todo listo para que haya miles de personas circulando entre cuatro escenarios. Pensamos que, quizás, quienes son dark llegarían más por la noche (y no sólo porque la banda a la cual aman tocaba a las 10pm sino porque el sol estaba picando y el calor nunca fue un aliado para outfits y el espíritu de esta tribu) pero estaban ahí desde temprano, también. Con pelos voluminosos y maquillaje acorde a lo que nos enseñó Robert Smith. Sí: The Cure aterrizó en Buenos Aires para tocar en la segunda edición de Primavera Sound Buenos Aires y estuvimos ahí para vivirlo junto al público. 

Lo que hace The Cure es perfecto y emocionante. Por ese momento en el que están tocando son "la cura" para todo lo que nos persigue y golpea. Las canciones suenan fuerte. Es más: antes de que arranque el show se escuchan una suerte de rugidos desde el escenario que para alguien distraído podría pensar que son truenos o rugidos de un dragón. 

Tocaron dos horas y media. Más que varios sets de distintas bandas que pasaron por el festival durante la tarde. Y lo que hicieron fue impecable de principio a fin: la banda sonaba tan precisa que parecía un disco mezclado especialmente. 

El tecladista fue Mike Lord en reemplazo de Roger O'Donnell, quien por cuestiones de salud se debió bajar de la gira. El resto de la banda ya la conocemos: por supuesto Robert Smith en voz y guitarras (con esa acústica de estrella en su caja), el histórico Simon Gallup en bajo (con una remera que jugaba a ser un marcador de localización porque tenía una leyenda de "Buenos Aires, Argentina"), Reeves Gabrels en guitarra con sus aportes invaluables, y la batería sin fisuras de Jason Cooper. 

Los sonidos flotantes, envolventes, intensos, dance y postpunkero de The Cure parecen invitarnos a una suerte de viaje en el tiempo. Y la realidad es que si tocaron más de dos horas es porque se trata de una de sus condiciones para formar parte de festivales: quieren que siempre que toque la banda, el público entre en esta suerte de trance que construyen de canción por canción. 

Nos olvidamos de que hizo calor más temprano. Nos olvidamos de todo lo que hicimos y escuchamos. Nos olvidamos que -incluso- ganó Javier Milei y que la única certeza es que todo se va a complicar más. Nos olvidamos de todo porque -al menos por ese rato largo en el que toca The Cure- nos parece que todo está a salvo, que tenemos "la cura" en nuestros cuerpos. 

Y si miramos alrededor pensamos: ¿estamos en medio de un viaje en el tiempo? ¿Robert nos transportó con su voz un par de décadas atrás? Los británicos tocaron 27 canciones que incluyó temas como "Alone", "At Night" o la excepcional versión de "A Forest"; o momentos más lisérgicos con "Fascination Street", "Desintegration", "Endsong", o la más reciente "From the Edge of the Deep Green Sea".

Hubo un combo de "Lovesong", "A Night Like This", "Just Like Heaven" y "Picture of You" para quienes buscaban zambullirse en un mar de ternura y sólo para quienes se quedaron hasta el final tuvieron un bloque final de hits para bailar, saltar y exorcizar todo de la mano de "Friday I'm in love" y "Boys Don´t Cry". 

"Los veré de nuevo", se despidió un absolutamente feliz Robert Smith. Y el público -un mar de gente- fue, también, absolutamente feliz. 

Qué había pasado antes de "la cura"

Si bien hubo un mix de estilos musicales (rap, indie, pop) todo tenía un hilo conductor estético. Nadie que fue por The Cure se sintió perdido durante la tarde viendo distintas propuestas. 

La banda definitiva de la escena nacional dijo presente: a la hora que la tarde se empezaba a convertir en noche, salió a tocar Él Mató a un policía motorizado. Su setlist incluyó canciones de Súper Terror pero también clásicos inoxidables como El Tesoro. 

"Ahí está Robert Smith", bromeó Santiago Motorizado señalando al costado del escenario y con una clara alegría. El pulso dark empezaba a ser cada vez más fuerte: llegaban cientos de personas que se sumaban a las que ya habían bailado y cantado con artistas que abrieron la primera jornada del festival que nació en Barcelona y que en esta edición estuvo co-producida de manera local por Move, DalePlay y PopArt

La banda que inauguró toda la jornada fue Fantasmagoria y, en diálogo con Infonews, su cantante decía esto mismo: que la curaduría del festival es una de las mejores. "Las bandas están buenísimas y son compatibles con lo que yo escuchaba en mi casa", subrayó Gori. 

Las nuevas generaciones estuvieron representadas por Dillom, Ronp99 y bandas como Pacífica o Conociendo Rusia. Consagrados de acá y de allá completaron la grilla: Massacre, Richard Coleman o Roisin Murphy. 

Como las canciones son más de la gente que de sus autores, hubo un juego de covers en toda la jornada. Dillom hizo "Nos siguen pegando abajo", mientras Coleman subió a Flopa Lestani para sus versiones de "Héroes" y "Hombre al agua". 

Mucho sol, mucha música. Mucho baile y, sobre todas las cosas, mucha emoción en una tarde de festival que convocó a familias enteras que compartieron las ganas de "reflejar la esencia de quienes son", tal cual rezaba el slogan de esta edición de Primavera Sound Buenos Aires.  



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