El sábado, la policía descubrió el cuerpo sin vida de Susana Beatriz Montoya, una mujer de 74 años, en su hogar situado en la calle Miguel Andrés Camino al 4800, en el barrio Ampliación Poeta Lugones de Córdoba. El hallazgo se produjo después de que su hijo, Fernando Albareda, preocupado por la falta de respuesta de su madre a sus llamadas, decidiera acudir a la vivienda. Al llegar, Albareda encontró a Montoya fallecida, con signos evidentes de violencia.
Susana Beatriz Montoya era la viuda de Ricardo Fermín Albareda, un subcomisario que fue brutalmente torturado y asesinado en 1979 tras ser desaparecido. El caso de Albareda, documentado a través de testimonios judiciales, reveló actos de tortura extremos. Según los relatos, Albareda fue sometido a mutilaciones y vejaciones, incluyendo la extracción de sus testículos, antes de morir desangrado.
Fernando Albareda, el hijo de la víctima, también había sido objeto de amenazas previas. En diciembre del año anterior, recibió intimidaciones a través de carteles que aparecieron en la puerta de su casa. Los mensajes, escritos con una fibra negra, contenían amenazas explícitas como “Te vamos a juntar con tu papito” y “sos hijo de terrorista”. Además, dejaron seis balas calibre 22 largo, lo que intensificó el temor por la seguridad de la familia.
La investigación del homicidio de Montoya está bajo un estricto hermetismo, solicitado por el fiscal Juan Pablo Klinger para evitar entorpecer el avance de la causa. A pesar de la confidencialidad, la falta de avances en la investigación ha generado una creciente preocupación entre los organismos de Derechos Humanos y la comunidad en general. La ministra de Seguridad de la provincia, Juan Pablo Quinteros, también se abstuvo de hacer declaraciones sobre el caso.
Los organismos de Derechos Humanos en Córdoba han manifestado su alarma y exigieron una respuesta rápida y efectiva. La agrupación HIJOS, a la que pertenece Fernando Albareda, ha solicitado al gobernador Martín Llaryora que se brinde protección a la familia Albareda y que se esclarezca el asesinato de Montoya. Las organizaciones también denunciaron que los discursos de odio y las amenazas previas a menudo desembocan en actos violentos, y pidieron una acción decidida tanto de la Justicia como del Poder Ejecutivo.
El parte de prensa inicial sobre el crimen fue breve y mencionó de forma general el hallazgo del cuerpo de Montoya sin detalles sobre las circunstancias del asesinato. Posteriormente, se revelaron detalles escalofriantes sobre el estado en que fue encontrada la mujer. La investigación sigue su curso bajo una capa de confidencialidad, mientras la familia y la comunidad claman por justicia.