El ambicioso programa espacial Luna-25 culminó en desgracia para Rusia: se trataba de la primera sonda lunar rusa desde la caída de la Unión Soviética. Se estrelló contra la superficie de la Luna tras una maniobra de corrección de la órbita que tuvo lugar el último 19 de agosto, para situar la nave en la órbita previa al alunizaje que debía producirse este lunes.
La misión de Luna-25 era convertirse en la primera sonda en alunizar en las regiones antárticas de la Luna para hallar agua en forma de hielo.
El 16 de agosto a las 08:57 UTC Luna-25 se colocó en órbita mediante un encendido del motor principal de 243 segundos de duración. Un segundo encendido con los motores secundarios, de 76 segundos, circularizó la órbita. La sonda quedó situada en una órbita de 99,5 kilómetros de altitud y 82,1º de inclinación. Luna-25 se convertía así en la primera sonda exclusivamente rusa desde la caída de la Unión Soviética en alcanzar la órbita de un objeto del Sistema Solar. Durante algunos días, Luna-25 fue, junto al observatorio Spektr-RG, situado en el punto L2 a 1,5 millones de kilómetros, la nave rusa más lejana en servicio.
El 19 de agosto a las 11:10 UTC la sonda comenzó otra maniobra propulsiva para reducir su perilunio de 100 a 18 kilómetros de altitud y quedarse así en una órbita de unos 100 x 18 kilómetros para facilitar la maniobra de descenso y alunizaje del día 21. No obstante, algo falló durante la maniobra y se perdió el contacto con la nave. Durante un día entero Roscosmos guardó silencio, hasta que finalmente el día 20 publicó un breve comunicado en el que daban por perdida la misión, que suponían se había estrellado contra la superficie a las 12:00 UTC, aproximadamente, del 19 de agosto en algún lugar por determinar en los alrededores del cráter Pontecoulant G.
¿Cuál fue el problema?
Aparentemente, y según Yuri Borísov, el jefe de la agencia, el motor de frenado funcionó 127 segundos en vez de los 84 segundos previstos, precipitando la sonda contra la superficie.
"El programa lunar no hay que interrumpirlo en ningún caso, sería la decisión más errónea", dijo Borísov a la televisión pública rusa.
Según el director, fue precisamente "la experiencia negativa de la interrupción por 50 años del programa lunar" ruso la que hizo que la presente misión no pudiera alunizar el lunes en el Polo Sur lunar. Además, manifestó su deseo de que las próximas misiones (Luna-26, 27 y 28) resulten en éxito.
La Unión Soviética lanzó su última sonda lunar en 1976, tras lo que renunció a dicho programa ante la falta de estímulo después de que Estados Unidos ganara de mano conquistando el reconocimiento de poner a un humano en dicho satélite en 1969.
Desde el punto de vista de la exploración lunar, con Luna-25 Rusia se sumaba al grupo de países que han logrado alcanzar la órbita de nuestro satélite en este siglo: Estados Unidos, China, Japón, India, Israel y Corea del Sur, además de la ESA. Las autoridades rusas esperaban que la misión demostrara que su país puede competir con las grandes potencias en el espacio a pesar del enorme costo que le ha significado la guerra de Ucrania.
