Por Cecilia Díaz
"Hay que reconocer en qué somos racistas y trabajar sobre eso"
AVR es pilar artístico en la comunidad afrouruguaya y, en diálogo con Infonews, nos presenta canciones y planteos para construir una sociedad más justa.
13 de abril de 2021 - 13:59
Tiene una lírica crítica y reflexiva, atravesando diferentes temáticas sociales, étnicas y de género. Sus letras se apoyan en la poesía de Juan Julio Arrascaeta, bisabuelo del artista y primer poeta afro publicado en Latinoamérica, punto de partida para una profunda investigación genealógica y por la que en la obra aparecen diversas geografías, personajes, influencias e instituciones que le dan forma, cara y escenario. Desde lo estrictamente musical, inevitablemente fusiona diferentes géneros con base en el rap, el candombe y el jazz. Hoy conocemos a AVR, compositor uruguayo, nacido en Montevideo, quien está fuertemente influenciado por la cultura del hip hop y la cosmovisión afro.
"Sankofa" es su disco debut de estudio coproducido con Felipe Fuentes, mezclado y masterizado por Luis Ravizza (Berequetum Estudio) y del que participan Rubén Rada y Hugo Fattoruso, entre otros destacados músicos. Sankofa (mirar hacia atrás para ir hacia adelante en lenguaje Twi del pueblo Akan, Ghana) es parte de un proyecto macro de investigación que lleva el mismo nombre, que visibiliza las situaciones de racismo y discriminación presentes en nuestra sociedad.
"Este disco tiene dos partes; una parte hacia afuera, lo que representa para la gente y la otra, es lo que representa para mí. Sankofa es un símbolo de la actualidad afrouruguaya, en el sentido que está mostrando una lucha que viene de atrás, que es más fuerte, una base que otros hicieron y nosotros retomamos pisando más fuerte. Yo siento que cada afro que se dedica al activismo, a dar un mensaje, a cuidar o informar tiene que hacerlo más fuerte que el que vino antes. Sankofa fue algo que quise hacer de forma profesional, contundente, estridente, mágica, empática, que me identifique a mí y a muchas otras personas. Para hacerlo en serio tuve que tomarlo en serio, investigar, mirar hacia atrás para ir hacia delante", enfatiza AVR, quien habló en exclusiva con Infonews.
-El asesinato de George Floyd puso en tapa de diarios todos los crímenes de odio que, desgraciadamente, se dan en el mundo por racismo y por la discriminación impuesta desde el capitalismo a las personas de clases sociales bajas, a excluidos que son víctimas. ¿Cómo viviste toda esa campaña internacional contra el racismo?
-Con respecto a la campaña por un lado vi que tuvo un impacto tremendo y creo que fue porque más de 19 mil personas lo vieron en vivo por Facebook. Creo que ahí a todas y todos nos toca la fibra, la deshumanización y la crueldad del hecho al punto de que nos hace empatizar y decir "esto está mal". Hay muchas prácticas racistas que son previas a eso y que están en nuestro día a día, pero a la gente le hizo eco el extremo de esta situación. Quizás podes estar en tu hogar y decir que nunca vas a cometer un acto racista tan grave como ese y a los segundos podés estar haciendo un chiste racista sin darte cuenta.
Sentí que muchas marcas apoyaron la causa repudiando el hecho pero varias de esas marcas también tienen prácticas que son racistas y deshumanizadoras y que aprovecharon la ola para hacer la famosa "responsabilidad social" pero siguen manteniendo estereotipos de belleza, de consumo y de clase que no se condice con lo que pusieron ese día.
Nadie va a salir hablando de las millones de muertes anónimas que hay por día, seguro luego de Floyd hubo más afro muertos no solo a manos de la Policía sino también por vivir en situación de calle, por hambre, por falta de acceso a un sistema de salud, etc.
A su vez me parece bueno que el movimiento afroamericano siga más organizado y con más apoyo porque muchas celebridades y personas con influencia repudiaron este suceso en sus redes y la viralización ayudó a que se tomaran medidas a nivel internacional y que se reconociera que no se pueden seguir invisibilizando el racismo.
Hay actitudes racistas que no precisamente llegan al punto tal de que alguien sea asesinado y eso es lo que hay que reparar. Empezar por casa, reconocer en qué soy racista y trabajar en eso. Nada cambia de la noche a la mañana.
-La música no es solo entretenimiento ni un escape para expresar nuestros sentimientos, también es una herramienta poderosa para construir, destruir, reconstruir modelos, ideales, realidades. ¿Cómo vivís ese potencial de transformación que tiene tu obra artística? ¿Qué cosas te inspiran al momento de la composición e interpretación?
-Como dijo alguna vez el genio de Stan Lee: "Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad". Tal vez cuando empecé a hacer música no tenía conciencia de la influencia que podía llegar a generar en el resto de las personas, al fin y al cabo, solo quería divertirme con mis amigos y disfrutar de crear y compartir mi arte. Hoy esas prioridades se mantienen, pero también hay otras. Esa sensación de tener que ser consecuente con lo que escribo y canto, de tener que tener una disciplina de trabajo, de estar pensando en el contenido que genero para mi audiencia requieren atención y esfuerzo.
La mayoría de mis letras las escribo en el ómnibus quizás porque ahí puedo desde mi intimidad observar otras vidas, otras realidades ajenas a las de mi hogar y por lo tanto adquirir más perspectivas. Y a la hora de interpretarlas también trato de enseñárselas a otras personas, que me den su punto de vista y una crítica para poder seguir creciendo. Hoy pienso que mi música va a llegar hasta donde llegue mi curiosidad y mi hambre de aprendizaje.
-Como artista y trabajador de la cultura, ¿cómo es tu día a día?
Es complejo. Pues tenía un día a día hasta el año 2019 que ahora es totalmente distinto. No me dedico 100x100 a la música porque en Uruguay es muy difícil que te sea redituable, por falta de mercado y de oportunidades siendo un artista emergente es aún más complicado.
Antes me dedicaba a ser tallerista de hiphop en los liceos de la capital y el interior del país, trabajaba como artista callejero en los ómnibus de Montevideo, organizaba eventos y shows con otros colectivos. Hoy vivo en pareja desde hace casi 2 años, soy padre hace 1 Mes y medio, tengo un pequeño empleo en la cocina de una cafetería para solventar las cuentas y, por cuestiones obvias, no he vuelto a ensayar con la banda ni a tocar en vivo desde hace casi 6 meses.
Trato de seguir escuchando nuevos trabajos y estar en contacto con otros artistas a través de la virtualidad para futuras colaboraciones.
-¿Cómo impactó, entonces, la pandemia en tu vida, en tu trabajo, qué cosas hiciste en estos tiempos de confinamiento y cuidados? ¿Creés que haya cosas/hábitos que quedarán de ahora en más para toda la sociedad?
-La verdad que la pandemia impactó en muchos aspectos: al no recibir en todo el año ningún apoyo del Estado, muchos colegas de la cultura tuvimos que dedicarnos a otros oficios para poder sobrevivir. Aproveché la virtualidad durante el confinamiento para conectarme con artistas que no conocía y admiraba y eso hizo que la distancia no fuera un impedimento para seguir generando cosas.
Reconozco que habían hábitos que ya eran comunes en otras partes del mundo, que van a quedar instalados en la sociedad por ejemplo: la virtualidad en la educación, el teletrabajo, visitar poco los hospitales, tomar mate de a pocas personas y otras costumbres que eran ajenas a la sociedad uruguaya.
A nivel personal afiancé mis vínculos personales y pude formar una familia desde una conciencia mucho más madura y cuidada de la que antes tenía. Con tan solo con 25 años he vivido tantas situaciones intensas que quizás esto me puso mucho más el foco en apreciar la belleza de mis días y de lo agradecido que tengo que ser, porque por suerte no me falta nada.
-En cuanto al sonido, a la búsqueda artística, ¿cuáles son las particularidades de este disco que te gustaría destacar y que toda la gente recuerde especialmente?
-El trabajo en equipo. Nunca nadie es una mente brillante que hace un disco de cero y ya. Hubo muchas personas que pusieron su grano de arena para que Sankofa viera la luz. Creo que los aplausos son siempre para el equipo.
En cuanto al sonido del disco junto al productor Felipe Fuentes buscábamos crear algo que estuviera entre el candombe y el hip hop pero que no fuera ni una cosa ni la otra, para así lograr que la obra tuviera una identidad única. Es un disco apto para todo público, donde no necesitas saber de rap para poder disfrutarlo y cobra un sentido único al escuchar la obra completa de corrido.