Según consignó Tiempo Argentino, el gobierno de Francia finalmente negó que la molécula administrada a los voluntarios franceses afectados por un ensayo terapéutico, entre los cuales hay una persona en estado de muerte cerebral, haya sido elaborada con cannabis, como había informado la prensa local, en un claro boicot a una planta que no tiene muertos por sus efectos en toda su historia de ingesta.
Uno de los medios que se plegó a la operación fue la emisora "France Info", la cual explicó que la sustancia en cuestión se trata de un analgésico a base de cannabis que estaba siendo desarrollado por un grupo farmacéutico portugués, y que las pruebas se realizaban en la empresa Biotrial, que tiene uno de sus principales centros en Rennes. También dijeron que por culpa del cannabis, seis personas fueron internadas, una de ellas, con muerte cerebral.
Sin embargo, la ministra de Sanidad de ese país, Marisol Touraine, afirmó que el medicamento experimental "no contenía cannabis ni ningún derivado del cannabis", durante una conferencia de prensa que dio tras visitar a los afectados.
La funcionaria desmintió de esa forma las informaciones que circularon en la prensa (y que no fueron desmentidas) sobre el contenido de ese futuro medicamento, al tiempo que precisó que junto a esa persona hay otras cinco ingresadas, todos ellos hombres, con problemas neurológicos.
Como consecuencia de la prueba una persona se encuentra en estado de muerte cerebral y otras cinco ingresaron al hospital universitario de Rennes.
El laboratorio donde se efectuó la prueba pertenece a la empresa Biotrial, que interrumpió el estudio, y los afectados, de los 90 voluntarios que participaron en la prueba, empezaron a presentar síntomas el pasado domingo, pertenecían al mismo grupo y recibieron la misma dosis.
Las víctimas tienen entre 28 y 49 años de edad y tres de ellos presentan un "cuadro grave", que podría conllevar alguna discapacidad permanente, según Gilles Dean, jefe del servicio de neurología del hospital universitario de Rennes.