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Luciana Murzi: “No hay nada peor que subestimar a los chicos y chicas como lectores”

La escritora y editora argentina, autora de “Nunca apagues la luz”, “Había una vez una laguna”, “Orquesta de animales” y “En un caballito”, entre otros libros, charló con Infonews sobre su labor en el sello Abran Cancha y el panorama actual de la literatura infantil.

Luciana Murzi.
Luciana Murzi.

Pese a lo que podría insinuar su juventud, Luciana Murzi ya cuenta con una notable trayectoria en el terreno de la literatura infantil. Arrancó hace casi dos décadas en la editorial Abran Cancha, donde actualmente ejerce el doble rol -para nada sencillo- de autora y editora. Narradora incansable, también publica en otros sellos infantiles. Sin ir más lejos, este año salieron a la luz sus libros “En un caballito” (Pequeño editor, con ilustraciones de Cristian Turdera), “La sopa del cocodrilo” (Abran Cancha, ilustrado por Pat Shin) y "Toc Toc ¡Adelante!" (Nazhira, ilustrado por Natalia Bruno), y próximamente publicará en Del Naranjo un libro-álbum dirigido a chicos y chicas de siete, ocho años. Infonews se reunió con Murzi para hablar de sus comienzos en la literatura, los temas que le interesan abordar como escritora y la incipiente publicación de libros infantiles con perspectiva de género, entre otros temas.        

Infonews: -Sos escritora y editora, ¿cómo conciliás ambos roles?

Luciana Murzi: -Me siento más editora que escritora, de hecho me cuesta mucho decir que soy escritora. Fundamentalmente porque cuando escribo no me puedo despojar de mi condición de editora. Yo escribo literatura infantil, exclusivamente, entonces si hago un libro-álbum no puedo evitar pensar en cómo va a ser la ilustración. No puedo pensar el texto solo en un Word, necesito ya imaginármelo ilustrado. Estoy todo el tiempo escribiendo con corchetes y colores, pensando “esto es para la ilustración, este personaje aparece por la derecha, mira a la cámara.” Después los editores me lo agradecen, porque me dicen “me mandaste el texto editado.”


In: -¿Cómo fueron tus comienzos en el universo de la literatura infantil?

LM: -Empecé a estudiar en la facultad tanto Edición como Letras, las dos al mismo momento. Me recibí de editora y Letras la abandoné, me faltan seis materias. Además de estas carreras, el hecho determinante fue que en el 2003, cuando estaba haciendo el CBC, tuve la suerte de entrar a trabajar en la editorial Abran Cancha, que solo tenía un año de vida. Arranqué muy joven y de a poco fui aprendiendo las distintas instancias que hacen al libro.


In: -¿De chica ya leías mucho?  

LM: -Sí, leía bastante, pero sobre todo escribía. Recuerdo que en la secundaria gané unos concursos de poesía. En eso años escribía poesía y cuentos infantiles, bah, o intentaba hacerlo, qué se yo.


In: -¿Qué temas o elementos son infaltables en tus libros?

LM: -Me gusta que haya convivencia en mis historias; que haya diversidad, muchos personajes, muchos animales, que se arme una acción comunitaria. Que no busque educar, estoy en contra de la educación de emociones, de lo explícito, porque así se termina subestimando al lector. Muchas veces uno se encuentra con libros que no cuentan historias, donde la ficción se pierde, y justamente trato de recorrer el camino contrario. Hay que rescatar el valor literario del libro, en Abran Cancha siempre apuntamos a eso; abrir posibilidades para que los lectores produzcan. Mi libro “En un caballito” es un poco eso. Es tomar la canción tradicional, esa que dice “En un caballito gris tal persona se fue a París” y reformularla. Por ejemplo, no puse nombres en las distintas frases, sino que utilicé el “vamos”. Ahí hay inclusión de sujetos, además de los colores, porque el dibujo que acompaña cada frase tiene un color en particular.

"En un caballito", el libro de Murzi editado este año por Pequeño editor (con ilustraciones de Cristian Turdera).

In: -¿Y cómo es escribir un libro para primeras infancias (de 0 a 6 años)?

LM: -No es un ejercicio fácil, se utilizan pocas palabras, el mensaje tiene que ser claro. Me ha pasado, por ejemplo, de estar leyéndoles a mis hijos algún libro que dice algo con lo que no concuerdo, entonces le cambio la palabra, porque no quiero trasmitirles eso, hay que cuidar la infancia. O sobre ese libro les invento otra historia. Yo estoy en esa instancia de lectura, la estoy viviendo y sé lo que quiero contarles a mis hijos. También a mis libros se los leo de otra manera, voy transformando el relato original, los actúo, etc. En este sentido, creo que el libro infantil tiene un gran potencial. Asimismo, también debe apuntar al mediador, porque es el que lo va a comprar y después leer. Son libros que no se leen en soledad. Los libros para primeras infancias están pensados para un momento, para un encuentro; en cambio, los otros están destinados directamente al lector individual.


In: -También escribiste “Nunca apagues la luz”, un libro de cuentos de terror para chicos y chicas de diez, doce años. ¿Cómo fue esa experiencia?

LM: -Fue muy gratificante. Ni bien el libro salió, se lo mandé a mi prima que vive en Luxemburgo. Y ella me dijo algo muy lindo: que el tono del libro le hizo acordar de cuando éramos chicas y yo les contaba a todas mis primas en la cama cuentos de terror para asustarnos, porque en definitiva el fin era ese; estábamos todas tapadas hasta arriba por el miedo y con la luz apagada. O sea que con este libro, de alguna forma, capté esa mirada que tenía sobre el terror a los doce años. Además, siento que lo escribí con mucho respeto por una premisa fundamental de la literatura infantil: no subestimar a los chicas y chicas como lectores, que es lo peor que puede pasar.    

"Nunca apagues la luz", el libro de cuentos de terror que Murzi publicó en 2020 (Abran Cancha, con ilustraciones de Mauro Vargas).

In: -¿Considerás que en los últimos años la literatura infantil ha tenido una evolución formidable? Si es así, ¿en qué aspectos lo notás, puntualmente? 

LM: -Sí, creo que hay una clara evolución, pero a la vez estoy tentada de decirte que no pudo haber un comienzo mejor. Pienso en María Elena Walsh, por supuesto. Y en los que vinieron inmediatamente después: Adela Basch, Elsa Bornemann, Graciela Montes, Liliana Bodoc, Ricardo Mariño, Laura Devetach, Ema Wolf y Gustavo Roldán. Autores y autoras notables, que fueron abriendo caminos para las generaciones venideras. A diferencia de décadas pasadas, ahora hay muchísimos escritores y escritoras que hacen literatura infantil; pero además, fundamentalmente, hay un público concreto. Hoy en día, a los chicos y chicas se les lee desde los primeros meses de vida, se los empieza a relacionar con el objeto libro, por eso hay libros de tela o para el agua; está bien que los muerdan o les hagan lo que quieran, pero lo vital ahí es que los chicos se empiezan a relacionar con las páginas, con el sentido de la lectura.


In: -Y la evolución es conceptual, además. Actualmente, en los libros infantiles se cuentan historias con perspectiva de género, que rompen estereotipos, ¿no?

LM: -Sí, totalmente, ahora se escriben historias atravesadas por una mirada pluralista e inclusiva, y eso hay que celebrarlo. En Abran Cancha, por ejemplo, sacamos un libro que se llama “Yo soy la reina”, que es del 2020, que trata sobre un chico que en la clase de teatro de la escuela dice que quiere ser la reina. La historia va mostrando las distintas reacciones de la maestra y sus compañeres ante ese pedido. Y es un libro donde no hay género, no hay ningún masculino. En vez de poner “hay vasos para todos”, se puso “hay vasos para el brindis”. Fue un trabajo que nos costó, eh, porque uno está acostumbrado a hablar de cierta manera. Yo estoy totalmente de acuerdo con hablar con la letra “e”, pero como todavía está tan naturalizada otra forma de expresarse, aún es un modo de lenguaje que está en pleno desarrollo. Pero sí, me parece genial que los nuevos usuarios de la lengua lo empiecen a usar.
 

In: -¿Sentís que la literatura infantil continúa siendo subestimada por gran parte de los que hacen literatura para adultos?

LM: -A la literatura infantil siempre se la desmereció, es algo que aún hoy pasa constantemente. Es una lucha de larga data, te diría. Hay cierta mirada maliciosa sobre los libros para chicos y chicas, se los ve como un producto menor. Desde los agentes culturales, digo, los otros editores, los que hacen una feria, con algunos libreros que no quieren vender contenidos infantiles, etc. Obviamente, esto me parece un gesto de soberbia espantoso. En el mundo de la cultura hay un claro destrato con los que hacemos literatura infantil, no tengo dudas. La contracara de esto es que existen muchas librerías abocadas a la literatura infantil, exclusivamente, y esto responde en muchas ocasiones a que este tipo de libros se vende mucho más que los de adultos. Y eso también debe molestarles.


In: -¿Qué otra dificultad solés enfrentar como autora infantil?

LM: -Un inconveniente con el género infantil es que todo el mundo quiere novedad, no temática, sino que todo el tiempo salgan nuevos libros, que se edite en forma constante. Se busca autor y novedad. Este es un problema, porque si tu preocupación es vender y vender, estás condenado a producir novedades sin parar. Por eso, a veces, lamentablemente, uno no puede dedicarle tiempo a un libro que no tiene mucha llegada y quiere que se haga conocido porque confía en su calidad literaria.  

 

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