El primer ministro húngaro, Viktor Orban, anunció este miércoles que celebrará un referendo para evaluar el apoyo interno a una polémica y discriminativa ley que afecta a la comunidad LGBT+, después de que la Comisión Europea (CE) abriera un expediente de infracción contra el país.
Orban se excusó a través de un video en Facebook: "Bruselas atacó claramente a Hungría en las últimas semanas sobre la ley" que prohíbe la "promoción" de la homosexualidad entre los menores.
Acto seguido, lanzó algunas preguntas condicionantes, entre las que cuestionó si los húngaros aceptan que el colegio "hable de sexualidad con sus hijos sin su consentimiento", si apoyan "la promoción de los tratamientos de cambio de sexo para los menores" o la "presentación sin restricciones ante los menores de contenido mediático de carácter sexual que afecte a su desarrollo", informó la agencia de noticias AFP.
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El nacionalista Orban, quien no fijó la fecha de la consulta, pidió a los húngaros que respondan "no" a todas las preguntas, que según él son exigencias que la Unión Europea (UE) quiere imponer a Hungría.
La CE y Hungría están metidas en una discusión en relación a una ley de protección de los menores, adoptada el 15 de junio, que prohíbe mencionar la homosexualidad y el cambio de sexo ante los menores.
El Ejecutivo europeo la considera discriminatoria contra las personas LGTBIQ+ y abrió un expediente de infracción contra Hungría, que puede desembocar en el Tribunal de Justicia de la UE y posteriormente en la adopción de sanciones financieras.
Hungría ya está sujeta a procedimientos por parte de la UE, al igual que Polonia, por denuncias de atropellos al estado de Derecho.
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Estos procedimientos, que se encuentran en una etapa preliminar, involucran varios pasos y, en teoría, pueden conducir a la suspensión de los derechos de voto de un país dentro de las cumbres de líderes del bloque.
Sin embargo, tal sanción requiere el voto unánime de los demás miembros, escenario imposible ya que Polonia y Hungría adoptaron un pacto de apoyo mutuo.
El alcalde ecologista de Budapest, Gergely Karacsony, reaccionó al anuncio del referendo estimando que se trata de una estrategia para desviar la atención de los húngaros de otros temas.
"Organizo mi propio referendo" para preguntarles a los húngaros qué piensan de la gestión de la pandemia de coronavirus, bromeó en Facebook.