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Björk y una ceremonia en la Costanera

La artista islandesa se presentó en el Primavera Sound junto a la Orquesta del Teatro Colón, con la que ofreció un concierto inolvidable.

Björk en el Primavera Sound BA (Télam)
Björk en el Primavera Sound BA (Télam)

A esta altura de la relación entre la islandesa Björk y el público porteño ya puede hablarse de comunión. Su cuarta visita a Buenos Aires (luego de su paso por el Luna Park en 1998, el Gran Rex en 2007 y el Centro de Convenciones en 2012) logró en una sola presentación y con un set de menos de 90 minutos, volver a enamorar a fuerza de una personalidad única, musicalidad espacial y un poder de interpretación que pudo contra todas las contraindicaciones que tiene un concierto de música orquestal ejecutado al aire libre y en el marco de un festival.

Björk y la orquesta del Teatro Colón en el Primavera Sound BA (Télam)
Björk y la orquesta del Teatro Colón en el Primavera Sound BA (Télam)

Porque la cantante y compositora islandesa presentó en el Primavera Sound junto a la Orquesta Estable del Teatro Colón una lista de canciones que se ubican entre lo mejor de su repertorio. Björk paseó por su discografía y, mechando con piezas de su flamante placa “Fossora”, recorrió algunos de los puntos más altos de su obra: “I´ve Seen It All” (el inquietante track de la banda sonora de Bailarina en la oscuridad), “Hunter” (de Homogenic, parte de otra BSO, la de The X Files), “Isobel”, la inconmensurable “Joga” y un cierre a toda orquesta (literal) con “Hiperballad”, clasicazo de su segundo disco oficial, Post.

Cuatro superpoderosas inauguraron el Primavera Sound Buenos Aires

La ceremonia de Björk en el Primavera Sound Buenos Aires , que reunió a decenas de miles de personas en el predio de Costanera Sur, aglutinó a los y las fans frente a un escenario en el que no hubo espectáculo de luces ni fuegos artificiales ni covers de canciones argentinas: solo una artista que hace honor a su trayectoria en cada paso que da en su carrera, que puede darse el lujo de presentarse con banda pop avant garde, con un ejército de iPads o, como en esta ocasión, con la sección de cuerdas de la Orquesta del Teatro Colón dirigida por una batuta traída desde sus tierras islandesas, el gran Bjami Frimann Bjamason (uno de los más reconocidos de su país).

La emoción ante el reencuentro después de una década atravesó a quienes estábamos bajo el escenario desde que finalizó el s et de Julieta Venegas (precedida por Feli Colina y Javiera Mena) y durante el lapso que transcurrió hasta que entraron en escena los músicos y músicas para la intro orquestal de "Stonemilker", del álbum Vulnicura (2015).

Desde ese instante, y hasta el saludo final tras "Hyperballad", el Primavera Sound fue un  generador de burbujas de felicidad melómana atravesada por el pop experimental, los gritos de amor a la artista (ataviada con los colores propios de sus búsquedas constantes  y su lucha permanente contra la mediocridad) y la repetición, por parte de la propia Björk luego de cada interpretación, de sonoros "¡Grrracias!" que de inmediato se hicieron un lugar en la memoria junto a cada una de las canciones que sonaron en una noche para atesorar.

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